sábado, febrero 10, 2007

Mis cabañuelas de Febrero


Presiento que algunos de mis pocos lectores han experimentado el abandono y la falta de dedicacion que he tenido este año con el Blog. Pues resulta que este año empezo en Colombia y mis cabañuelas de febrero pronosticaron no una, sino dos caidas en el segundo mes del año. Ocurrio el dia en el que Carmenza, Eileen y yo viajabamos al Choco. La primera caida fue en camara lenta, sentada en la oficina de tiquetes de la particular agencia de los vuelos charter a Nuqui. Sin mucho cuidado me sente en una silla de oficina. En menos de dos segundos, empece a sentir que mi sentadero giraba en direccion al piso, pero lo que no entiendo todavia es la sensacion de cero gravedad del momento. Eileen, que mientras tanto estaba sentada a mi lado, me miraba con un signo de interrogacion en su cara. Incredula me veia girar en direccion al piso, pero como en el peor momento de una pelicula de terror su reaccion no fue nunca ayudar a sostenerme sino seguir en el estado incomprensible de quietud y sorpresa. Lentamente fui tratando de alcanzar algun lugar de soporte, pero mis manos solo se deslizaban o no alcanzaron a coger ningun objeto cercano y estable. El resultado fue quedar completamente esplayada en un rincon entre la silla y la unica matera del lugar. Entre la sorpresa de Eileen, Carmenza y los dos trabajadores del lugar, descubrimos que la silla tenia un falso soporte. La risa incontenible y por fortuna salir completamente ilesa del evento, nos dejos llenas de la energia gratificante de una buena carcajada. Para mis adentros pense...uhmmm febrero sera un mes especial.


Mas tarde ya disfrutando del aire calido y humedo del Pacifico y despues de recibir el coctel de bienvenida, nos disponiamos a disfrutar de las aguas del mar. Subimos las tres invitadas especiales (lease el que no paga hospadeja, duerme en el atico) a cambiarnos para un atuendo mas apropiado: el traje de baño. Y fue asi, como bajando por las escaleras estrechas de madera de pronto percibi que habia tomado el asensor y aterrice en la cocina de Pijiba. Mi espalda quedo tatuada con cada escalera y la falta de aire me recordo aquellos años de la niñez donde el aire se perdia por las caidas en plancha tratando de colgarse de una rama en el guayabo de superman. Asi que la primera caida fue un pronostico lleno de humor de febrero y la segunda una marca impresa en mi piel de un mes intenso y complicado. Pero siempre feliz de saber que hay que caer para levantarse.


Aca estoy...pensado que tengo una alternativa a mis caidas: un año nuevo y mejores propositos


o sera que las cabañuelas solo pronostican el clima para los agricultores? uhmmm

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